En general, la búsqueda del tumor pulmonar empieza cuando un paciente se queja de síntomas que apuntan al cáncer pulmonar. El doctor realizará un estudio exhaustivo físico y de su historia. Se le preguntará al paciente si fumaba, si recibió exposición a asbesto, exposición a radón y a ciertos tipos de químicos y toxinas. La edad del paciente y la historia familiar también serán tomadas en cuenta. Si la historia del paciente encaja con un diagnóstico posible de cáncer pulmonar y los síntomas podrían venir de un tumor, la sospecha del médico de cáncer pulmonar se incrementa y empieza la búsqueda del tumor.
Existen numerosas evaluaciones y estudios que se realizan para la búsqueda de un tumor pulmonar, algunas evaluaciones son rutinarias y otras más específicamente para el diagnóstico del cáncer pulmonar. Dos evaluaciones de rutina que son realizadas son un panel metabólico completo (PMC; química sanguínea) y un conteo completo sanguíneo (CCS). La química sanguínea o sérica debería incluir exámenes de calcio y enzimas hepáticas (también conocidas como EFHs o examen de la función hepática). El CCS incluye conteo de células rojas y blancas y medición de las plaquetas. Una o más anomalías en estos exámenes pueden apoyar el diagnóstico del cáncer pulmonar, pero no son suficientes por sí solas.
Un examen de rayos X del pecho es el primer estudio estándar para diagnosticar el cáncer pulmonar. La radiación de los rayos X aplicada en el pecho es capturada en un película sensible que proporciona información sobre las estructuras dentro del pecho. El radiólogo cuidadosamente examinará los rayos X de pecho buscando anomalías. El detalle proporcionado por un examen de rayos X estándar generalmente puede demostrar si hay un crecimiento anormal; rara vez mostrará si la anormalidad es cáncer o no. En la mayoría de los casos, los rayos X simplemente proporcionan una fuerte razón para llevar a cabo más pruebas.
La otra prueba que a menudo se usa en el diagnóstico inicial del cáncer pulmonar es una citología de esputo. Se le pide al paciente que tosa flema de los pulmones. Alternativamente, se estimula la garganta para producir una muestra de células desde la profundidad de los pulmones. En el laboratorio, esta muestra es concentrada y las células son examinadas por un patólogo.
Las células de cáncer pulmonar se ven anormales y pueden proporcionar una buena indicación de la presencia de cáncer. La citología de esputos puede hasta predecir el tipo de cáncer. Pero no es usualmente suficiente para diagnóstico. Una muestra positiva de esputo generalmente conduce a un procedimiento de diagnóstico más definitivo. Cabe descartar que la muestra de citología de esputos no es usada para tumores que están en periferia (extremos) de los pulmones ya que el paciente no es capaz de producir esputos de una ubicación distante.
Un diagnóstico definitivo del cáncer pulmonar requiere que sean tomadas células directamente del tumor. La manera cómo estas células son obtenidas depende de su ubicación en el pecho. Si el tumor está en el centro del pecho cerca de un bronquio o un bronquiolo grande, una muestra puede ser obtenida con un broncoscopio. Un broncoscopio es introducido en los conductos y puede ser maniobrado a través del bronquio hasta el lugar del tumor. El broncoscopio tiene pequeños instrumentos quirúrgicos en la punta que le permiten al neumólogo tomar una muestra del tumor para analizarlo.
Por otra parte, si el tumor está en la periferia del pulmón, una muestra puede ser alcanzada usando una aguja introducida a través de la pared del pecho. Un fluoroscopio, que es un escáner híbrido de rayos X/tomografía que instantáneamente proporciona imágenes de adentro del pecho, es usado para guiar la aguja de la biopsia. Cuando este método externo es posible, el paciente puede evitar un procedimiento quirúrgico para diagnosticar el cáncer pulmonar.
En algunos casos, el tumor no puede ser alcanzado por el broncoscopio o fluoroscopio. En estos casos, debe realizarse un procedimiento quirúrgico. El menos invasivo de estos procedimientos quirúrgicos es la toracoscopia. Una toracoscopia es un procedimiento endoscópico en que una incisión relativamente pequeña es hecha en el pecho y un toracoscopio (endoscopio) es introducido hasta el tumor. Una biopsia es tomada para realizar más pruebas.
En tumores de muy difícil alcance, puede ser necesario un procedimiento quirúrgico abierto. Este procedimiento abierto es llamado un toracotomía. En una toracotomía, el pecho se abre y el tumor completo puede verse directamente. Cuando una toracotomía es necesaria para un diagnóstico, el tumor completo puede ser quitado junto con algunos tejidos del pulmón a su alrededor. Si se hace esto, se deberán realizar pruebas del funcionamiento pulmonar (como aquellas que prueban la capacidad pulmonar) con anticipación.
Una vez que la biopsia ha sido tomada, sin importar los medios, es enviada al patólogo. Este especialista médico aplicará manchas y marcas histoquímicas en las muestras y las examinará bajo un microscopio. Esto proporcionará un diagnóstico muy preciso del cáncer pulmonar incluyendo la determinación del tipo de cáncer pulmonar.